Más de 6.000 personas se han visto desplazadas debido a la extrema ola de violencia en distintas regiones en Haití.

Las bandas armadas atacaron el barrio Delmas 30 en Haití, en el área metropolitana de Puerto Príncipe, incendiando varias casas y provocando pánico entre los residentes. Testigos reportaron que hubo pérdidas humanas durante los enfrentamientos, que ocurrieron en la madrugada del pasado martes.

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Videos y fotos difundidos a través de las redes sociales mostraron a los habitantes sumidos en un caos, huyendo de las llamas y los intensos disparos, quienes abandonaron sus casas corriendo sin saber adónde ir.

Según testigos, algunas personas fueron asesinadas en sus propias casas por integrantes de las pandillas que forman parte del grupo armado Vivre Ensemble, dirigido por el expolicía Jimmy Chérizier alias ‘Barbecue’, que constituye una amenaza para la seguridad de los habitantes.

De acuerdo al diario Gazette Haiti, al menos dos militares haitianos y un número indeterminado de civiles fallecieron durante estos enfrentamientos.

Las autoridades desplegaron vehículos blindados en Delmas 30 para hacer frente a los asaltantes, aunque el Gobierno no se ha pronunciado sobre la escalada de violencia en la región.

Tras el ataque, personas no identificadas realizaron otro asalto contra el barrio de Tabarre 27.

Con estos ataques, las bandas armadas continúan apoderándose de territorios de la capital y todo el país, a pesar de la presencia de  la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS).

Desde finales de enero, la ola de violencia extrema en Haití ha provocado numerosas muertes y el desplazamiento de más de 6.000 personas, 2.000 de ellas de los barrios de Delmas, Puerto Príncipe y Pétion-ville.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, mencionó que «estas cifras por sí solas no pueden captar los horrores absolutos que se están perpetrando en Haití, pero muestran la violencia incesante a la que se está sometiendo a la población».

Turk también lamentó que «hace tiempo que está claro que la impunidad por las violaciones y abusos de Derechos Humanos, así como la corrupción, siguen prevaleciendo en Haití».

Ante los frecuentes ataques a la población por los grupos armados, los desplazados lanzaron piedras y levantaron barricadas en llamas en áreas cercanas a la capital haitiana, para reclamar de ese modo que las autoridades accionen contra las bandas y que ellos les permita regresar a sus casas.

Habitantes de la zona de Solino y de Canapé-Vert, dispersos en varios campamentos, generaron grandes atascos y salieron a exigir al Gobierno que se ocupe de la crisis de inseguridad.    

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